El Duomo de Florencia acoge en su subsuelo un secreto, los restos ocultos de una primitiva iglesia muy anterior a la catedral. La construcción fue descubierta en la catedral de Santa María de las Flores en la década de 1960. Se trataba de los restos de la Iglesia de Santa Reparata, una evidencia tangible del cristianismo primitivo en Florencia.
El descubrimiento fue como un regalo para los florentinos después de que los expertos andaran buscando sin éxito restos similares en la iglesia de Santa Felicitá y en la primera catedral de la ciudad dedicada a San Lorenzo. La antigua basílica paleocristiana de Florencia se encuentra a dos metros y medio de la superficie actual bajo la entrada del templo. El conjunto fue restaurado en más de una ocasión y hasta fue lugar de reunión del viejo parlamento florentino hasta que se construyó en Palazzo Vecchio.
La Iglesia de Santa Reparata fue uno de los templos primitivos más importantes de la zona de la Toscana. Santa Reparata era una construcción abierta, bien iluminada, no muy diferente de la de San Apollinare Nuovo en Rávena. Tenía elegantes arcadas y columnas de mármol.
La basílica tenía tres naves con columnas que las separaban. Tenía, además, un coro en forma de ábside que estaba separado de una zona de culto abierta al público. Se dice que la construcción del templo por la victoria cristiana sobre el rey de los godos Radagaisus en el año 405 y en Florencia. Se sabe que la iglesia fue reconstruida en época carolingia después de resultar muy dañada en las guerras entre godos y Bizancio.
En la reconstrucción, Santa Reparata mantuvo su planta original añadiéndosele dos capillas laterales en la parte este del templo, una cripta y un enlosado nuevo. En ese punto, el templo se parecía, según los especialistas, a la iglesia de la abadía de Pomposa, cerca de Ferrara, contemporánea de la rehabilitación de Santa Reparata.
En algún momento entre 1050 y 1106 se construyó un coro elevado sobre una cripta nueva que se creó para acomodar los restos de San Zenobio, que fue traído desde la catedral de San Lorenzo en el siglo IX y donde permaneció hasta la década de 1440, para, finalmente, regresar a la nueva catedral. Y es que la Iglesia de Santa Reparata se mantuvo abierta al culto hasta el año 1379 cuando se tomó la decisión de demolerla para utilizar su espacio para la construcción de la nueva catedral de Florencia. No es exagerado decir que debajo de la catedral se pueden ver cuatro iglesias antiguas, la basílica original de Santa Reparata y tres reconstrucciones.
Bajar a Santa Reparata
Las escaleras situadas entre la primera y la segunda pilastra en el lado sur de la nave del actual Duomo conducen a los restos arqueológicos de la basílica de Santa Reparata. La vasta zona, abierta al público en 1974, contiene restos de paredes y de suelos de casas que datan de la ciudad romana de Florentia. El piso lleva los nombres de los catorce donantes de origen latino que financiaron la construcción de la basílica.
La característica más llamativa del piso es un mosaico policromado extremadamente delicado con decoraciones geométricas, incluido un motivo de una cruz, que recuerda el suelo de mosaico de la Catedral de Aquilea. Particularmente digno de mención es un espléndido pavo real que simboliza la inmortalidad, uno de los pocos elementos figurativos que han sobrevivido.
A mediados del siglo XIV, un fresco florentino que adornaba la pared semicircular del ábside de la derecha en la catedral, una obra de un seguidor de Giotto, da a entender que, a pesar de que el destino de Santa Reparata ya había sido decidido por entonces, el templo continuaba levantado y encerrado en el interior de la catedral porque la gente de Florencia seguía teniendo un fuerte apego a su antigua basílica.
Los restos de la Iglesia de Santa Reparata conservan numerosas lápidas, incluida la delicada de Lando di Giano, un capellán de Santa Reparata que murió en 1353; así como el sepulcro de Niccolò Squarcialupi que murió en 1313, el de Giovanni Di Alamanno de ‘Medici que falleció en 1352, y posiblemente, aunque aún no se ha confirmado, las tumbas de dos papas, Esteban IX y tal vez también Nicolás II, que fue obispo de Florencia en 1058.
Aunque los arqueólogos también descubrieron la tumba de Filippo Brunelleschi, no se ha encontrado rastros de la tumbas de algunos artistas de la ciudad de Florencia, de Giotto, de Arnolfo di Cambio o de Andrea Pisano, aunque la tradición dice que ellos también fueron enterrados en la Iglesia de Santa Reparata.
Si quieres ver los restos de la Iglesia de Santa Reparata, lo primero de lo primero buscar hoteles en Florencia. Lo demás, disfrutar de la estancia en esa ciudad tan maravillosa.