El Giardino Bardini es una gran extensión verde que se extiende sobre unas cuatro hectáreas que se sitúa entre el Piazzale Michelangelo y el Giardino di Boboli en Oltrarno, al otro lado del río mirando desde el centro histórico de Florencia.
El Giardino Bardini no es tan conocido como los Jardines Boboli, pero una cosa te digo te ofrece ambientes más variados y un toque de romanticismo que te encantará. Seguro.
Algo de historia. La historia del Giardino Bardini se remonta a finales del siglo XVI, cuando la familia Mozzi adquirió una finca en las afueras de las murallas de Florencia, en la orilla izquierda del río Arno. Consistía en un palacio con un jardín amurallado y una pendiente empinada y escalonada.
En el siglo XVIII, Giulio Mozzi -un matemático, político y poeta florentino- creó una escalera barroca en la ladera a la que adornó con estatuas de arenisca. También añadió una larga fuente sobre pared que decoró con mosaicos.
En 1839, el Giardino Bardini se amplió con la extensión de la finca de la villa Manadora (ahora Villa Bardini), que tenía superficies arboladas, un jardín inglés-chino, una cascada, un estanque y una fuente.
Las peleas financieras obligaron a los Mozzi a entregar el jardín a Carolath von Beuthen, quien agregó elementos victorianos. En 1913 la propiedad fue adquirida por Stefano Bardini, un anticuario. Bardini efectuó algunos cambios drásticos en la estructura de los jardines y construyó un camino hacia la villa, demoliendo para ello el jardín medieval amurallado.
Después de la muerte del hijo de Bardini en 1965, el jardín fue descuidado y no se haría nada por recuperarlo hasta el año 2000 cuando la Fondazione Parchi Monumentali Bardini Peyron, creada para restaurar las propiedades de Bardini y Peyron, adquirió el Giardino Bardini. A partir de ahí se buscaron formas para devolver el jardín a su antiguo esplendor. En 2005, finalmente, el Giardino Bardini se abrió al público.
El jardín
Al Giardino Bardini se accede por Via dei Bardi, en la entrada hay un pequeño jardín de rosas. Más adelante hay una zona boscosa que es parte del jardín inglés original, una porción de la finca Manadora.
Un camino sinuoso lleva cuesta arriba a través de diferentes zonas ajardinadas. Ese camino conduce a Villa Bardini, que ahora alberga un restaurante, una cafetería y una librería. A partir de ahí, el camino sigue hacia el oeste hasta la cima de la pendiente, donde el visitante se puede tomar un descanso en el Kaffeehaus. Desde las alturas, las vistas sobre la ciudad de Florencia son increíbles.
En el camino hacia la cima, el acceso pasa a lo largo de la escalera barroca central, la pieza central del jardín. A ambos lados de la larga escalera hay terrazas con plantas con las partes altas decoradas con estatuas.
Hay muchas otras áreas pintorescas en el Giardino Bardini que pueden descubrirse vagando sin rumbo por sus caminos interiores.
En esa ruta de descubrimiento, tal vez te topes con la gruta artificial del jardín, con algunas fuentes, con el pequeño canal que recorre una de las zonas o con el parque agrícola formado por pequeños y coquetos huertos.
Dependiendo de la época del año, el jardín puede ser muy colorido gracias a las numerosas plantas con flores, entre las que se pueden contar rosas, lirios, hortensias y glicinas en una pérgola.
Si te apuntas a descubrir el Giardino Bardini, lo primero de lo primero es buscar entre hoteles en Florencia para armar un viaje de ensueño a Italia ¿Qué te parece la idea?