San Miniato al Monte, sin rodeos, es una de las iglesias románicas más auténticas de la Toscana. San Miniato al Monte está a poca distancia de la Piazzale Michelangelo, la plaza turística por excelencia de Florencia y se llega a ella a través de una serie de escaleras y terrazas que le dan un no sé qué solemne. Tienes que verla.
Las terrazas y las escaleras fueron construidas entre 1865 y 1873 por Giuseppe Poggi y hacen algo muy espectacular, dan forma a la colina en la que se asienta San Miniato al Monte y permiten acondicionar un excelente mirador con vistas a la ciudad de Florencia.
La iglesia de San Miniato al Monte, que traducido sería algo así como San Minias de la colina, fue construida sobre la tumba de un mártir con ese nombre, San Minias. San Minias era un rico armenio, posiblemente un príncipe, que se había establecido en la ciudad de Florencia de tiempos de los romanos.
Poco tiempo después de que el emperador romano Decio emitiera un edicto para la eliminación del cristianismo en el 250, Minias fue decapitado y enterrado en una colina al este del Oltrarno, al otro lado del río según se mira desde el centro de la ciudad de Florencia.
Probablemente se levantó una pequeña iglesia en el lugar poco tiempo después de que se sepultara en el lugar a San Minias. Sin embargo, la iglesia, tal como la vemos hoy, comenzó a construirse en el 1018 y sus trabajos se prologaron durante los dos siglos siguientes.
La fachada
La construcción de la iglesia fue financiada por el gremio Calimala –comerciantes de lana y tela de Florencia- como muestra la estatua que está situada en la parte superior de la fachada de la iglesia. Se trata de un águila alzada sobre sus patas con una de ellas sujetando un saco de lana por el símbolo de este rico gremio ciudadano.
La fachada, levantada en 1090, tiene un hermoso patrón de mármol de colores. Bello, bello, de verdad. La combinación de mármol verde y blanco se recrearía más tarde en el baptisterio y la catedral de Florencia. El mosaico de la fachada se añadió más tarde, en el siglo XIII, y representa a ‘Cristo con María y San Minias’.
Un mosaico de tema similar, creado en 1297, se puede descubrir en el interior de la iglesia, justo en el techo del ábside. El piso de mármol, de 1207, q ue hay en el mismo lugar está decorado con unos curiosos signos del zodíaco. Sorprendente.
Cabe destacar también la hermosa capilla creada para el cardenal portugués Iacopo di Lusitania que, también cosa curiosa, murió en Florencia en 1459 a la tempranísima edad de veinticinco años. Palabra que es verdad. La tumba finamente esculpida para este cardenal portugués fue obra de Antonio Rossellino en 1466.
El cementerio que está situado muy cerca de la iglesia, oficialmente conocido como el Cimitero delle Porte Sante, fue construido alrededor de 1839. No debes perderte las tumbas grandes de las también grandes familias florentinas. Muchas de ellas del tamaño de capillas, están decoradas con estatuas y otros ornamentos.
El único campanario que casi se terminó en la iglesia de San Miniato al Monte salió de las manos del escultor y arquitecto Baccio d’Agnolo, que comenzó con su construcción en 1523. La torre reemplazó a otra anterior que se vino abajo en 1499.
Durante el asedio de Florencia en 1529 y 1530 que fue protagonizado por el derrocado Medici y sus aliados, el campanario se utilizó para defender la ciudad. Miguel Ángel, que se opuso a los gobernantes Médicis, aunque sorprendentemente también trabajó para ellos, dirigió la transformación del campanario en una torre de artillería. Al mismo tiempo, dotó a los alrededores del templo de una serie de foritificaciones.
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